El último libro del periodista almeriense (comprar aquí) es un paseo por una Almería que ya no existe o, en todo caso, de la que sólo quedan algunos vestigios ya muy complicados de encontrar. Es un itinerario a lo largo de plazas, rincones y edificios vividos por generaciones de almerienses que crecieron jugando en la calle. Esas calles desaparecieron bajo las fauces de aquello que llamaron ‘progreso’ dejando para siempre un poso de melancolía en quienes habían sido felices habitándolos.
Uno de aquellos que despertó a la vida en las calles de la Almería de la década de los 60 es Eduardo del Pino Vicente. El periodista y escritor ha estado durante los dos últimos años, 2015 y 2016, trabajando en su libro más ambicioso hasta la fecha, ‘Guía sentimental de una ciudad’. Y es que esta obra, al contrario de lo que sucede que las cuatro anteriores, no está basada en sus contraportadas diarias en el periódico. El lector se topará con 344 páginas de historias y fotografías totalmente inéditas que ven ahora la luz por primera vez.
Presentación
Eduardo presenta el libro en el teatro Apolo el miércoles 30 de noviembre a las 20.30 horas en el Teatro Apolo. Un libro que rescata aquella ciudad de finales de los 60 que era “crepuscular” porque, “por un lado, iba muriendo y, por otro, anunciaba lo que aquí se llamó la modernidad”.
“Es un retorno a la Almería de nuestra niñez cuando las calles eran territorios habitables y en los barrios todo el mundo se conocía, a diferencia de lo que ocurre hoy, cuando te cruzas con un vecino por el portal y estás deseando entrar en tu casa porque te sientes incómodo no sabes qué decirle”, señala el periodista. Ya se puede adquirir y recibirlo en casa en un par de días.
Casco hitórico y barrios
Diseñado y cuidado hasta el más mínimo detalle por Eduardo, ‘Almería, guía sentimental de una ciudad’ es un libro que se cuela por zonas como La Chanca, el Cerro de San Cristóbal, Los Molinos, las plazas más típicas del centro histórico, la Carretera de Ronda, Altamira, El Zapillo o la vieja estación de ferrocarril.
A lo largo de sus páginas se retrata, por ejemplo, La Chanca de la metamorfosis, la de aquellos tardíos años sesenta, en los que “las viejas formas de vida del barrio milenario se mezclaban con el avance imparable de los nuevos tiempos, dando lugar a escenas muy surrealistas. Por ejemplo, era fácil ver una gran antena de televisión junto a la puerta de una cueva, el progreso habría paso y se mezclaba con forma de vida primitivas”.
El libro es también un homenaje a la Almería de las salas de cine, a las grandes y majestuosas del centro de la ciudad, como el Imperial, el Reyes Católicos o el Cine Liszt, y a las humildes salas de barrio que fueron la ilusión de los niños en un tiempo en el que ir al cine era un acontecimiento mayor, un lujo que uno no se podía permitir todos los días”, explica Eduardo del Pino.
Fotografías inéditas
A través de las numerosas fotografías inéditas que ilustran el volumen, el lector recordará o descubrirá, si es más joven, cómo era vivir una ciudad donde no reinaban los coches y unos barrios que todavía conservaban “sus colores característicos” y donde “todos los años, antes del verano, se blanqueaban y pintaban las fachadas”.
Es un recorrido en sepia y en color por esa Almería que Eduardo ahora rescata del olvido, en el que vuelven a subir sus persianas los comercios ya cerrados de la calle de las Tiendas y el Paseo y, con ellos, “toda la vida que se generaba alrededor en una época en que uno de los alicientes era ver en los escaparates las cosas que no siempre se podían comprar: que lo mismo eran las medias lunas de una confitería que los juguetes que cada Navidad abarrotaban La Giralda”.
Para respetar la calidad de las imágenes, tanto en blanco y negro como en color, el libro ha sido impreso en el sistema de cuatricromía, respetando la esencia de las fotografías.
Personajes
‘Almería, guía sentimental de una ciudad’, que ya está a la venta, sale al precio de 15 euros. Recupera a personajes como el hombre del saco, que no era uno, sino muchos: todos los vagabundos que recogían la chatarra y la ropa que nadie quería con los que las madres metían miedo a sus hijos.
El libro se alimenta de la memoria de la extensa red de colaboradores de Eduardo del Pino tejida a lo largo de tres décadas de trabajo.